NOSOTRAS
Somos
Hijas Espirituales de Dios amadas por El
y nuestra vida tiene un significado, propósito y dirección.
Como hermandad mundial, estamos unidas en nuestra devoción
a Jesucristo, que es nuestro Salvador y nuestro Ejemplo.
Como mujeres de fe, de virtud, de visión y de caridad que somos:
Incrementamos nuestro testimonio de Jesucristo
por medio de la oración y del estudio de las Escrituras.
Procuramos adquirir fortaleza espiritual
al seguir los susurros del Espiritu Santo.
Estamos consagradas al fortalecimiento
del matrimonio, de la familia y del hogar.
Consideramos que es noble ser madre
y que es un gozo ser mujer.
Nos deleitamos en prestar servicio y en hacer obras buenas.
Amamos la vida y el aprendizaje.
Defendemos la verdad y la rectitud.
Apoyamos al Sacerdocio
como la autoridad de Dios sobre la tierra.
Nos regocijamos en las bendiciones del templo,
comprendemos nuestro destino divino
y nos esforzamos por alcanzar la exaltación.
Propósito de la Sociedad de Socorro
La Sociedad de Socorro fue fundada por el profeta José Smith el 17 de marzo de 1842, en Nauvoo, Illinois. Algunas de las damas de Nauvoo fueron a hablar con el Profeta, pues deseaban buscar la forma de organizar a las hermanas de la iglesia con el fin de practicar la caridad y ayudar a edificar el reino de Dios. Como respuesta, él organizó a las hermanas en una sociedad con el objetivo de "aliviar al pobre, al destituido, a la viuda y al huérfano, y de realizar todo acto de benevolencia" ( Historia de la Iglesia, tomo 4, pág. 567).
Los propósitos de la Sociedad de Socorro se extendieron más allá de los límites del servicio caritativo cuando el Profeta enseñó en una de las primeras en una de las primeras reuniones de las hermanas que la sociedad "existe no sólo para dar alivio al pobre, sino para salvar almas" (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 293; Historia de la Iglesia, tomo 5, pág. 25). Los principios que se establecieron cuando se fundó la Sociedad de Socorro siguen vigentes en la actualidad.
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